Washington [EE.UU.], 15 de noviembre (ANI): Un nuevo estudio realizado por entomólogos demuestra que la vida de las abejas melíferas criadas en un entorno controlado de laboratorio es un 50% más corta que en la década de 1970.
Al ser el primer estudio que muestra una disminución general de la vida útil de las abejas melíferas potencialmente independiente de los factores de estrés ambiental, este trabajo sugiere que la genética puede influir en las tendencias más amplias de mayor rotación de las colonias observadas en la apicultura.
La rotación de las colonias es un factor aceptado en la apicultura, ya que las colonias de abejas envejecen y mueren de forma natural. Sin embargo, en la última década, los apicultores estadounidenses han experimentado altos índices de pérdidas, lo que ha provocado la necesidad de sustituir más colonias para mantener la rentabilidad del negocio. Para tratar de entender el porqué, los investigadores se centraron en los factores de estrés ambiental, las enfermedades, los parásitos, la exposición a los pesticidas y la nutrición.
Este es el primer estudio que muestra una disminución general de la vida útil de las abejas melíferas potencialmente independiente de los factores de estrés ambiental, lo que sugiere que la genética podría influir en las tendencias más amplias observadas en la industria apícola. El estudio se publicó el 14 de noviembre de 2022 en la revista Scientific Reports.
"Estamos aislando a las abejas de la vida en la colonia justo antes de que emerjan como adultas, de modo que lo que sea que esté reduciendo su vida útil está ocurriendo antes de ese momento", dijo Anthony Nearman, estudiante de doctorado en el Departamento de Entomología y autor principal del estudio. "Esto introduce la idea de un componente genético. Si esta hipótesis es correcta, también apunta a una posible solución. Si podemos aislar algunos factores genéticos, quizá podamos criar abejas melíferas más longevas".
Nearman observó por primera vez la disminución de la vida útil mientras realizaba un estudio con el profesor asociado de entomología Dennis van Engelsdorp sobre protocolos estandarizados para la cría de abejas adultas en el laboratorio. Reproduciendo estudios anteriores, los investigadores recogieron pupas de abeja de las colmenas de miel cuando faltaban menos de 24 horas para que las pupas abandonaran las celdas de cera en las que se crían. Las abejas recolectadas terminaron de crecer en una incubadora y luego se mantuvieron como adultas en jaulas especiales.
Nearman estaba evaluando el efecto de complementar la dieta de agua azucarada de las abejas enjauladas con agua simple para imitar mejor las condiciones naturales cuando observó que, independientemente de la dieta, la vida media de sus abejas enjauladas era la mitad de la de las abejas enjauladas en experimentos similares realizados en la década de 1970. (17,7 días en la actualidad frente a 34,3 días en los años 70). Esto ha motivado un examen más detallado de los estudios de laboratorio publicados en los últimos 50 años.
"Cuando tracé la duración de la vida en el tiempo, me di cuenta de que hay un enorme efecto temporal", dijo Nearman. "Los protocolos estandarizados para la cría de abejas melíferas en el laboratorio no se formalizaron hasta la década de 2000, por lo que se podría pensar que la duración de la vida sería mayor o no cambiaría porque estamos mejorando, ¿verdad? En cambio, hemos asistido a una duplicación de la tasa de mortalidad", afirma.
Aunque el entorno del laboratorio es muy diferente al de una colonia, los datos históricos de las abejas criadas en laboratorio sugieren una duración de vida similar a la de las abejas de colonia, y los científicos suelen suponer que los factores aislados que reducen la duración de vida en un entorno también la reducen en otro. Estudios anteriores también habían demostrado que, en el mundo real, la menor duración de la vida de las abejas melíferas se correspondía con un menor tiempo de búsqueda de alimento y una menor producción de miel. Este es el primer estudio que relaciona estos factores con las tasas de rotación de las colonias.
Cuando el equipo modelizó el efecto de una reducción del 50% de la vida útil en una explotación apícola, en la que las colonias perdidas se sustituyen anualmente, las tasas de pérdida resultantes fueron de alrededor del 33%. Esta cifra es muy similar a los índices de pérdida media invernal y anual del 30% y el 40% señalados por los apicultores en los últimos 14 años.
Nearman y vanEngelsdorp señalaron que las abejas almacenadas en laboratorios podrían estar sometidas a algún tipo de contaminación vírica de bajo nivel o a la exposición a pesticidas durante la fase larvaria, cuando crían en la colmena y las abejas obreras las alimentan. Pero las abejas no mostraron síntomas evidentes de estas exposiciones y se ha demostrado un componente genético de longevidad en otros insectos como la mosca de la fruta.
Un estudio revela que la vida de las abejas melíferas es ahora un 50% más corta que hace 50 años
