No es ningún secreto que las abejas son pequeñas criaturas muy inteligentes. A pesar de que el cerebro de las abejas es del tamaño de una semilla de sésamo, compensan su pequeño tamaño con una mayor densidad cerebral. Su cerebro es diez veces más denso que el de los mamíferos.
Sus cerebros parecen tener neuroplasticidad, lo que significa que sus cerebros son capaces de aprender y adaptarse y realizar las mismas funciones, como la memoria, en diferentes lugares del cerebro.
He aquí 4 datos fascinantes que demuestran que las abejas son realmente muy inteligentes.
1. Las abejas pueden pensar y tomar decisiones colectivas
Los experimentos y las observaciones demuestran que las abejas tienen efectivamente la capacidad de pensar. Tienen que realizar muchas tareas que requieren inteligencia: tienen que encontrar flores, averiguar si son una buena fuente de néctar, encontrar el camino de vuelta a la colmena y luego compartir esta información con otros recolectores.
En comparación con otros insectos, tienen una capacidad de aprendizaje y memoria mucho mayor.
Las abejas también son conocidas por su capacidad de tomar decisiones colectivas cuando buscan comida o nuevos nidos. Las abejas pueden evitar que la mala información se convierta en viral, incluso si se copian unas a otras mediante la comunicación y el aprendizaje social.
A principios del siglo XX, el biólogo conductista austriaco Karl von Frisch descubrió que las abejas obreras utilizan una especie de "danza ondulante" para comunicarse entre sí. Cuando una abeja encuentra una buena fuente de alimento, baila durante mucho tiempo. Cuando encuentra uno escaso, la duración del baile es corta o simplemente inexistente.
Las abejas también han desarrollado un sentido de la democracia. Cuando se busca un lugar para un nuevo hogar para, por ejemplo, 10.000 abejas, 200 abejas mayores forman una pequeña "colonia" y vuelan en busca de opciones.
2. Las abejas pueden contar y resolver tareas
Los entomólogos han descubierto recientemente que las abejas tienen la capacidad de discriminar números. Las abejas pueden identificar un papel con cero puntos como "menos" que un papel con pocos puntos. Siempre se ha pensado que lo que separa al ser humano del mundo animal (entre otras cosas) es la comprensión del concepto abstracto de "cero". Pero los científicos han descubierto que las abejas no entrenadas entienden un "conjunto vacío".
Además, en 2017, investigadores de la Universidad Queen Mary de Londres demostraron que las abejas pueden aprender a obtener una recompensa y luego mostrar a otras a hacer lo mismo. Una abeja señuelo enseñó a las abejas a trasladar una pequeña bola a un lugar determinado, y algunas de ellas incluso consiguieron resolver la tarea de forma más eficiente acortando la distancia.
3. Las abejas pueden sentir emociones
Todavía no hemos podido demostrar que las abejas tengan emociones, pero algunos experimentos han hecho que los científicos se pregunten si algún día las tendremos.
Los investigadores analizaron cómo las abejas se acercaban a las mezclas químicas con diferentes grados de olores atractivos o poco atractivos. La mitad de las abejas estudiadas fueron agitadas en un dispositivo de mezcla química durante un minuto. Con ello se pretendía agitar a las abejas para ver si se alteraba su acercamiento a los productos químicos.
Resultó que las abejas agitadas dudaban más en acercarse a los productos químicos de olor agradable que las abejas no agitadas. A partir de esto, podemos decir científicamente que las abejas tienen un estado persistente de afecto negativo que se desencadena por la agitación.
4. Las abejas pueden reconocer los rostros humanos
Un nuevo estudio demuestra que las abejas, que tienen el 0,01% de las neuronas de los humanos, pueden reconocer y recordar rostros humanos individuales.
El científico visual Adrian Dyer, de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), fijó con alfileres fotografías de los rostros de cuatro personas diferentes en una pizarra. Recompensando a las abejas con una solución de sacarosa, el científico persuadió repetidamente a los insectos para que volaran hacia una cara objetivo, variando a veces su posición.
Incluso cuando se retiró la recompensa, las abejas siguieron acercándose a la cara objetivo con precisión hasta el 90% de las veces. Es más, ¡las abejas podían detectar la cara del objetivo incluso dos días después de ser entrenadas!
Una parte de cada compra en Salvar Las Abejas se dona a la Pollinator Partnership y a otras organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a salvar las colonias de abejas en todo el mundo.